The Sonics, un lección de vida

 

the sonics

14/10/15 Sala Bikini, Barcelona

Nunca una cita con el pasado fue para algo tan vivo en el presente. Por fin iba a pagar una de mis mayores deudas con el mundo de la música: ver a The Sonics en directo.

Para empezar con buen pie, bolazo de Macho. Cual fue mi sorpresa cuando me percaté que Macho no eran más que el alter ego de Le Petit Ramon. El trío fue directo al grano con un rock garajero muy desenfadado, ideal para lo que se avecinaba. Sólo con la frase del batería «Bona nit som Macho o traducido, buenas noche somos Mascle» te puedes hacer una idea de lo cachondos que son los tíos. Su música es igual, contundente y sesentera, sin demasiadas cargas pero con mucha garra.

macho

Anuncio de la banda que iba a tocar (a lo americano total) y que tiemble todo. Una sala reventada aullaba cual fiera desbocada para recibir a aquellos mitos de la música a los que, dada su edad, estábamos dispuestos a perdonar su falta de energía. Y una mierda. Menuda lección de vigorosidad, de entrega, de profesionalidad. No quiero extenderme en exceso porque absolutamente todo lo vivido la pasada noche fue brutal: el ambiente, el sonido, el set list, la puesta en escena… TODO. Más pogos que en muchos de los conciertos de jovenzuelos, más derroche de energía que la ostentada por muchos artistas de la actualidad… más y más. Brutal Dutsy Watson baquetas en mano, mágica la intervención de Jim Diamond (productor de su último trabajo de estudio) en Cinderella, la interpretación del Keep On Knockin’ de Little Richard, el vozarrón y simpatía de Freddi Dennis

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Rob Lind tampoco se queda atrás, ya sea con el saxo o la armónica tiene un temple envidiable. Lo mismo se desgañita a soplar como se pone a firmar discos en medio del concierto, un crack. Todo se venía abajo cuando tocaban Psycho y algún miembro de seguridad se ponía nervioso porque que aquello se iba de madre mientras ellos miraban con aquella cara de «Déjales, sólo están bailando».

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Para acabar como mandan los cánones, la cover de Ray Charles I Don’t Need No Doctor y los hitazos Strychnine y The Witch. Genial, increíble, brutal, magnífico. Un puñetazo en toda la boca a todos aquellos que pensamos (me incluyo) que no era buena idea su reunión y su nuevo disco. Gracias señores, muchas gracias.

Crónica y fotos: Sergio Pozo

 

 

 

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