24/01/14, Bóveda, Barcelona
Empieza a ser algo habitual en la ciudad Condal ir de concierto a Bóveda, sudar la camiseta víctima de la victoria de la música en forma de sold-out e hincarse el frankfurt de turno en el bar de la rambla cercana. Ritual de lo Habitual lo llamaban los Jane’s Addiction. Y es que cuando el concierto no es entre semana, el producto es de calidad y el precio de la entrada es asequible; el público responde bien. Jugaban en casa y estaba claro que tenían ganas de guerra.
Al caer PL Girls abrieron la noche Black Way. No entraremos tampoco en mucho detalle pero sin duda alguna los chavales lo dieron todo. Teniendo en cuenta que apenas hacia 48 horas que sabían que iban a telonear a ’77, su actuación fue de nota. Jóvenes y con dos… narices. Para salir al escenario con esa camisa y hacer esa versión de Led Zeppelin hay que ser valiente. Y la versión estuvo más que bien. Creo que el guitarra debe tener todavía agujetas porque se dejó el alma. Realmente superaron la prueba con creces.
Suena We’re ’77 y en instantes todo el mundo tiene ya muy clarito que aquello va ser un bolazo. Porque los catalanes son obreros del rock. Es fácil encontrártelos de concierto o comprando vinilos como un rockero más de a pie. Y esa manera de vivir la música la destilan por los poros de la piel en el escenario. El público recibe esa humildad y la honra. High Decibels es un temazo de pies a cabeza. Cuando estás haciendo fotos y te entran ganas de deshacerte de la cámara es que algo bestia está pasando. Apenas llevábamos diez minutos de concierto y aquello ya era un hervidero de rock’n’roll. Seguir con Maximum Rock’n’Roll y Down and Dirty sólo puede aportarte cosas buenas. Caerían Melting in a Spoon, Don’t you Scream (que perro me pone), I Had a Long Way, Things you Can’t Talk About, Gimme a Dollar (que garra por Diooss), … y siempre con el mismo denominador común: una correcta base rítmica por parte del bajo y el batería y un torrente de frescura, desenfreno y calidad suprema por parte de los hermanos Valeta. El concierto sin bajón alguno, sin fisuras. LG es algo de otro planeta. El tío debe perder un par de quilos por bolo seguro. Se muestra hiperactivo y muy empático con el público. Cuando se pasea por la barra Gibson en mano te hace vibrar sin cesar.
Momentazo del concierto con Requena y Juli de Crisix en el escenario para tocar Shout It Out Loud de Kiss. El frontman del grupo de thrash se lo curraba un montón haciendo la voz de Gene Simmons. A coger un poco de aire y acabar la faena por todo lo alto con algún tema más, más riffs decibélicos y Big Smoker Pig de su 21st Century Rock para rematar al público que siempre querrá más cuando le hacen vibrar de esa manera.
Acaba el concierto y uno de mis colegas, que nunca los había escuchado antes, me dice: “Píllame todos los discos de esta peña que mañana te los pago”. Porque si hubieran nacido en el norte de Europa o Estados Unidos y se hubieran puesto un nombre más atractivo y comercial, ’77 vivirían de la música. Eso sí, a lo mejor no corearíamos el nombre de la abuela del bajista a mitad del bolo y todo ese buen rollo que desprenden se desvanecía. Deberíamos saber apreciar más la humildad porque el hard rock mundano es el que realmente te hace sentir vivo.