Pau Navarra, responsable de edición de la revista RockZone y capo del sello y agencia de promoción y management Blood Fire Death. Se rumorea también que cantante de la banda de doom y black metal Barbarian Swords.
1- ¿Cuál fue el primer disco que te compraste?
Debía tener 10 u 11 años, hacia el 95 ó 96. Fue Who Made Who en cinta, esa banda sonora de AC/DC a propósito de la peli Maximum Overdrive. Fue en Venus Discs, antigua tienda de Lloret de Mar ya desaparecida, donde veraneaba. Luego cayó el cassette de Flick Of The Switch. Para los CD’s tardé más: el primero fue Reload de Metallica nada más salir, y luego me regalaron por mi cumple Powerage de los australianos y The X Factor de Iron Maiden. Después vino Nightfall In The Middle Earth de Blind Guardian. Buah, pedigrí, ¿eh? Qué bochorno… (risas).
2-¿Cuál es, para ti, la joya más preciada de tu colección de discos?
Uff… Ésta es complicada. La verdad es que no soy de tener ediciones ultra raras. Si un vinilo me tiene que costar 100 euros, prefiero comprarme seis o siete antes que sólo uno único y limitadísimo. Quizá tengo dos nuevos por los que ahora mismo siento especial cariño. Uno es la compilación de todas las demos de Nihilist en un solo vinilo, incluida la maqueta del 89 en la que ya empezaron a llamarse Entombed, But Life Goes On. Mamma mía, eso es un manjar de dioses. El otro es Tonight We Raise Our Cups And Toast In Angels Blood – A Tribute To Bathory de Watain. Se trata de la segunda parte del concierto especial que Watain ofrecieron el 5 de junio de 2010 sólo tocando material de tan mítica banda. Junto a Immortal y Summoning, mi banda favorita de todos los tiempos tocada por, seguramente, una de mis bandas favoritas de la actualidad, o al menos, la que más interés me ha despertado desde un punto de vista ya casi extramusical. Venía con camiseta y todo, y la verdad es que sólo ver sus dos logos juntos en una misma cami ya me puso pirulón del todo. Creo que sus fans agotamos las únicas 1.300 copias que editaron directamente con el preorder. Yo dos meses antes de su salida ya tenía asegurado mi vinilo, el 295.
3-¿Tu portada de disco favorita?
¡Buah, me flipan las portadas! Hubo una época en que compraba cantidades ingentes de black metal sólo porque me flipaba la portada, sin saber siquiera qué banda era o si eran buenos. Así se me colaron algunos grupos de NSBM sin saberlo, claro (risas). Luego al abrirlo te encontrabas esvásticas «maquilladas» y demás basura para gilipollas. Daba igual; hala, a la cole (risas). Te diría que la de Icons Of Evil de Vital Remains. Es fantástica, un resumen perfecto de lo que siempre debería ser el metal extremo. La puta rata nazarena bien crucificada. ¿Where is your God now, hijo de puta? Algún día me la tatuaré entera y a todo color en el hombro izquierdo. Otra que siempre me ha fascinado es la de Covenant de Morbid Angel. Ahí tienes The Book Of Ceremonial Magic de Arthur Edward Waite y una reproducción del mítico contrato diabólico escrito con sangre de Urbain Grandier. Para los que nos flipan estos temas, el ocultismo, la demonología y demás, es todo un caramelo. Si ha sido el disco de death metal más vendido de la historia, seguro que es por ayuditas como ésta. (risas) La de The Anomalies Of Artificial Origin de los rusos Abominable Putridity también me flipa cantidad. Ese disco es un puro músculo brutal death, y esa portada lo resume con total exactitud. Un monstruoso ente que te despedaza y se te zampa vivo. La primera vez que vi la portada de Opus Eponymous de Ghost también me impactó mucho, enseguida supe que no podía contener nada malo, que había algo especial en esa banda. Fue mucho antes de que hicieran el boom. Los colores, lo que evoca… Una De Mysteriis Dom Sathanas modernizada. Y ya que tocamos el tema, la de Transilvanian Hunger de Darkthrone, Frost de Enslaved o cualquiera de Burzum me chiflan incluso más, aunque eso ya trasciende a cualquier cosa, son símbolos a estas alturas.
4-¿Qué vinilo regalarías a alguien que se acaba de comprar un tocadiscos?
Sin ninguna duda el debut de Black Sabbath. Fue el primero que puse yo, y fue mágico. Me lo había regalado mi hermano mayor Jordi. Tras pillarme un ampli Pioneer de inicios de los 80 en Grans Records, en Lleida, tenía muy claro que estos cabrones me iban a dar la droga que necesitaba. Si te digo que escuchándolo en vinilo tuve la sensación de catar su primer álbum por primera vez, tras un millón en CD, te puedes imaginar el sonidaco que salió por esos altavoces. Parecía que tuviera al puto Geezer Butler tocando el bajo en mi jodido comedor, de ahí salían unas líneas que nunca había podido discernir en otros formatos. Ahí me quedé esa mañana de sábado, planchado en el sofá agradeciendo al Señor ese bendito invento. Todo el poder de los 70 en casa.
5-¿Qué es para ti el Record Store Day?
Pues una iniciativa cojonuda y una fiesta del mayor placer que hay en la vida: comprar discos. No puedo entender las descargas en MP3, te lo digo en serio. Maldita porquería fría, intangible y sin alma, cómo van a tener valores las nuevas generaciones si acuden a esa inmundicia como moscas a un truño de vaca. Sin discos físicos me pegaría un tiro, nada tendría sentido. Viva el Record Store Day y muchos besos a los que aún seguís en esta religión. No podrán con nosotros.