La oscuridad de Belphegor y Marduk

Belphegor 2

04/03/2015, Sala Apolo, Barcelona

Obligado asistir a una de las citas más exigentes del metal extremo. Belphegor Marduk visitaban nuestro país gracias a Madness Live! Penitencia, devoción. 

 

BelphegorO eso era lo que pensábamos porque fue entrar en la sala y alucinar. Cierto es que el horario era exigente ya que Krystantemia empezaron muy pronto pero ya eran las 20.00h y aquel ambiente era desolador. No nos engañemos: el metal extremo es un estilo de minorías. Si a eso le añadimos que se trataba de un miércoles y que el precio de la entrada era algo alto… fiasco de aforo. Una pena porque los austriacos dieron un bolo espectacular. Un concierto de black metal en una sala con una acústica envidiable es una bendición (quién iba a decir que saldría esta palabra en una crónica así…). Sin tiempo que perder, en 45 minutos escupieron su brutalidad con un alarde de técnica apabullante. Una vez más, Helmuth demostró que atesora una de las mejores voces de su estilo. Una pena que no llevaran las estructuras de su mayor performance aunque nos conformamos con los huesos de los pies de micro. Los temas nuevos molan pero siempre es un placer escuchar hostias clásicas como Lucifer Incestus, Belphegor-Hell’s Ambassador Bondage Goat Zombie Cero feedback con el público (normal con el aspecto que presentaba la sala) y mucha categoría musical. Tienen uno de los mejores directos de la escena black death metalera.

 

Llegó el momento de Marduk. Eso es oscuridad y lo demás son tonterías. Si esperas ver una foto en condiciones lo llevas claro. Sus mejores aliados: el humo y los decibelios (o eso esperábamos). Salieron a escena con el tema que da título a su último trabajo de estudio, Frontschwein. Demasiado frialdad en el ambiente para un concierto de ese nivel. Demasiado pronto, poco calor entre el público, poco alcohol… The Blond Beast es un temazo, con mucha o poca gente presente, a la que le faltó algo de chicha. 

 

Marduk

 

Slay the Nazarene, The Levelling Dust, 502… y aquello seguía igual. Faltaba de todo y no sobraba de nada. Un concierto de esas dimensiones debe caracterizarse por el exceso que siempre fue inexistente ¿Dónde estaba Panzer Division? ¿Y los temas de Serpent Sermon? Que bajón… y sonó Warschau y parecía que la pesadilla iba a finalizar. Aquello empezaba a sonar como tenía que sonar. Mismo nivel con la nueva Afrika (de lo mejor de la noche) y Sulphur Souls. Y cuando empezaba a estar bien… se acabó, así sin más. Bueno sí, con abucheos y lamentaciones. Quizás este tipo de directos no debió gozar pisar el Apolo. Da pena pero, aveces, tenemos lo que queremos.

 

Crónica y fotos: Sergio Pozo