Juventud divino tesoro

16/06/15 Bóveda, Barcelona

La tarde se presentaba movida. La lluvia en pleno mes de junio presagiaba una velada de azotes riffianos despiadados. Se celebran diez años de una revista que siempre ha hablado sin tapujos de la escena, implicada y conocedora de los gustos del público. Que mejor manera de celebrarlo que con diferentes conciertos en España como ha sido el caso de Brand New en Madrid, Every Time I Die en Barcelona o la próxima visita de Cancer Bats a varias localidades de nuestro país. 

 

Llegamos justo a tiempo para el bolo de Counterparts. Sorpresón al ver que la sala estaba repleta de gente joven, muy joven. Pongo la mano en el fuego (y no me quemo) al afirmar que la media de edad en aquellos momentos era 18 años. Alegría, esperanza… los adolescentes van de concierto. Los canadienses sonaron decentemente, de hecho obtuvieron el mejor sonido de la noche. Defendieron su propuesta con una energía devastadora. Temas como Outlier Compass son una liberación perfecta contra el stress de la época de exámenes. Una pena que los miembros que formaban el equipo de seguridad de la sala no tuvieran conocimientos de los rituales acontecidos en un concierto de hardcore mostrando una actitud desmesurada en alguna de sus intervenciones. Por suerte, la sangre no llegó al río y la música volvió a ganar la batalla.

 

Counterparts

 

Cervecita bien merecida y tiempo para Stray From the Path con una propuesta diferente a la de los canadienses. Su frontman saltó a escena ataviado con la camiseta del Barça de Piqué y unas ganas de darlo todo increíbles.

 

Stray From the Path

 

Mucha hostia, mucho carácter… se nota que llevan tiempo en el mundillo y saben lo que hacen. Con un rollo más old school hicieron las delicias de los presentes con trallazos como Mad Girl (con esos sonidos que te revientan el tímpano), Damien o temas no tan clásicos como Badge & Bullet con esas reminiscencias a Rage Against the Machine. Cerca de una hora de hardcore enérgico donde Drew York estuvo inmenso.

 

Stray From the Path

 

Dudando aún sobre mi propia perspectiva, juraría que había menos gente cuando tocaron Every Time I Die. Si así fue, ellos se lo perdieron. En otro punto del asunto están estas bestias pardas que saben de todo menos de control. Sonó Underwater Bimbos from Outer Space y ya quedaba claro que aquello se iba a ir de madre. Su respuesta a la falta de calidad auditiva fue disparar sus temas con una mala leche endiablada. La puesta en escena me recordó mucho (salvando las distancias) a los últimos bolos de The Dillinger Escape Plan. Trago saliva y respiro: Jordan Buckley me pilla la cámara y empieza a hacer fotos como un poseso. No sólo me la devolvió tirándomela al aire sino que no hizo ni una foto decente. El guitarra estuvo todo el concierto fuera de sus casillas con un exceso de todo que daba miedo. Así acabo el directo, a lo Marilyn Manson en sus tiempos mozos, tumbando en el escenario durante un ratillo sin dar señales de vida.

 

Every TIme I Die (2)

 

Bored Stiff, Decayin’ with the Boys, El Dorado, Floater… caían los teams como hachazos. No sé cómo pueden aguantar ese ritmo infernal encima de un escenario durante toda una gira (tengo sospechas, nada más…). Una pena que el rollo sureño punkiano fuera casi imposible de apreciar debido al sonido de la sala. Contento por lo acontecido, me voy a comer un frankfurt. Sigue lloviendo, no podía ser de otra manera. Más vale que te vayas haciendo amigo del pitido en la oreja derecha, no te abandonará así como así. Amo los bolos de hardcore.

 

Crónica y fotos: Sergio Pozo