Eugene se levanta

03/10/14, La [2] de Apolo, Barcelona

No cabe duda que Eugene ha cambiado en este último disco: más positivo, más rockero, más expresivo… pero igual de intimista e introspectivo que siempre. Eugene se levanta porque las cosas desde arriban se ven mejor.

 

Se debe mostrar un respeto a este hombre. Rigor, clase, espíritu, seriedad. Un show excelente y complejo. Una propuesta original: Wovenhand suena a Wovenhand. Cual metáfora de este cambio de actitud en su último trabajo, un Eugene que deja el taburete a un lado para posicionarse de pie. Desde arriba todo se ve mejor. Ahora es más fácil observar con detenimiento sus gestos que, a modo de bucle, forman parte clave en su ejercicio de oración. Su voz con reverb nos recuerda su carácter religioso, su sentencia y sus letras cargadas de drama.

 

Wovenhand

 

La importancia de su marcada respiración que, unida al excelente trabajo de Ordy Garrison en la percusión y de la perfecta adaptación a la banda del bajista Neil Kenner, crean una base rítmica catártica e intensa. Ecos del pasado, reflexiones de la sociedad, falsedad, individualismo… la procesión va por dentro. Sólo realizando ese ejercicio de introspección personal podrás entender su propuesta musical más cercana a una búsqueda ritual que a un concierto de rock. La música es la excusa, la parte y el todo, la necesidad de expresión, la salida al dolor y al realismo. Sonó más a post-metal que nunca consecuencia de ese carácter ensangrentado y directo. Clave la actitud del público: respeto, silencio, seguimiento, empatía… todo ello básico para crear ese clima de cercanía y rigurosidad, de comunión.

 

Wovenhand

 

¿De verdad importa el set list? ¿Es necesario comentar que God Shepherd es un temazo? Todo ello es secundario ante la necesidad de involucrarse ante un ejercicio de búsqueda y realización tan bestia como el que Eugene nos invita a realizar. Melodías como elemento mediador a un ritual intenso y conciso. Chamán, Mesías, profeta… pongamos el apelativo que queramos. Una persona que se enfrenta a la frustración y a los miedos, que utiliza la música como medio de expresión. Quizás esa era realmente la definición de músico, esa definición que parece que estamos perdiendo.

 

Crónica y fotos: Sergio Pozo