12/09/14, Bóveda, Barcelona
Noche de ROCK. Reencuentro con una de las figuras más emblemáticas de la escena sueca que tanto bien hizo para la música. Una sala Bóveda (ex Mephisto) que se va afianzando poco a poco y que cada día suena mejor. Pasión por la guitarras afiladas, pasión por el rock en estado puro.
La verdad, así de entrada no me llamó mucho la atención el grupo que teloneaba a Imperial ya que su nombre me parecía algo decepcionante: Dos piedras. Luego lo entendí todo. Dos piedras me dieron a mí aquellos tres tipos con esa propuesta tan psicodélica y stoniana que me arrancó más de una sonrisa. Me encantasteis, a mí y a todo el público restante. Debe emocionar telonear a un grupo del nivel de los suecos y que la gente grite el clásico «Otra, otra…» Después de tantos años y juzgar por un nombre. Craso error. Felicidades, de verdad.
El bueno de Nicke entró en escena y sonaron los acordes de Emptiness Into the Void (esos riffs para empezar un bolo son perfectos). Los galones se notan y apenas en tres minutos consiguieron un clímax ideal con un público entregadísimo. Mucho positivismo, desparpajo, brazos en alto y mucho movimiento de caderas. Es el concierto perfecto para un viernes noche. Te ponen «perraco» y, aunque no dejan de ser una banda de rock clásico, en ningún momento tienes la sensación de estar fuera del concierto.
Cierto es también que la Sala Bóveda es un espacio agradecido y cuando el aforo no está completo puedes estar muy cerca de los músicos y eso es bueno tanto para músicos como para público. Ver los primeros planos de sus sonrisas o escuchar sus gritos sin necesidad de utilizar el micro, te pone cardíaco. Además, tomarte unas birras y no dejarte el sueldo mola mucho. Todo contribuye a crear ambiente y rock ‘n’ roll. A medida que caían los temas la implicación del público iba a más: Redemption’s Gone, Down In The Bunker, Faustian Bargains, Stay the Night, Sheltered in the Sand…
Con un guiño al Black Diamond de Kiss (dicho sea de paso, que Kiss fue todo el directo de los Imperial) entrábamos en el tramo más pasional del concierto. Con A Holiday From My Vacation la gente no ponía barreras a sus movimientos y aquello era una locura. Turno para el himno de Johnny B. Goode, totalmente prescindible bajo mi punto vista. Más acertada fue la cover de los Dead Boys del Sonic Reducer interpretada por el bajista Dolf the Borst (la bordó) y el I Stole Your Love de Kiss interpretado por el guitarra Tobias Egge que tocada rapidita como en los 70 es una bendición para los oídos.
Con el cuerpo en caliente y ganas de más rock, cerveza y vinilo era más que fácil estar tentado a acudir al puesto de merchan a agenciarse con algo. Guapísimo el 7″ de edición limitada a 600 copias que han creado para esta gira con los temas What you what y How can you do it Baby. Cuando una noche está llena de Rock, todo lo demás da igual. Nicke Andersson, una figura a reivindicar.
Crónica y fotos: Sergio Pozo