11/10/15 Razzmatazz 2, Barcelona
Da pena encontrarse con situaciones como la de este concierto. Madness Live! decidieron unir a Leprous y Annihilator bajo un mismo concierto. Sí, es cierto, son bandas que aparentemente no tienen nada en común si no fuera porque hacen música. Quizás ese matiz se le ha pasado por alto a la gente. ¿Y si una de las dos bandas no hubiera hecho concierto en Barcelona? A nosotros la solución nos parece acertada y la actitud de la promotora ante la falta de respeto por parte de seguidores de ambas formaciones los días antes del concierto por las redes sociales, intachable. Fueron cuatro canciones menos amigos pero ganamos a un grupo. Lo que la música ha unido que no lo separe nadie.
Para empezar y dejar atrás la polémica de la unión de las dos bandas en un mismo evento, sólo puntualizar la escasez de público en el mismo. No somos tantos para buscar problemas donde no hay. El concierto mutado a mini festival se inició poco más tarde de las cinco de la tarde con Rendezvous Point. Les seguirían Sphere, Archer y Harlott. Una mezcla explosiva de bandas progresivas y thrash metaleras que sería la tónica de la noche.
Leprous llevaban un montaje digno de mención: peanas, pantallas, leds… toda una puesta en escena cuidada que ayudaba a crear clímax. Para mi gusto, eché de menos algo de luz en el escenario pero nunca llueve a gusto de todos. El inicio épico con The Flood presagiaba un buen bolo. La actitud de los noruegos es muy buena y esos parones con el bajo taladrando son, directamente, de lo mejor del grupo. El machaque inicial de Third Law a lo The Dillinger Escape Plan con la posterior tonalidad melódica te hace caer en la cuenta de que la voz de Einar Solberg… a mi no me convence.
Para mi gusto abusa de las melodías dulces y su «progresividad» sería más curiosa si desembocara, al menos ocasionalmente, en una voz algo más metal (ya no digo gutural, que sería la rehostia). Caerían Rewind, la tranquila The Cloak, Slave, The Price, Moon, Down… y si la voz no me convencía en el segundo tema, ya no te digo nada a estas alturas. Brutal la actuación del batería, inconmensurable e insuperable, a otro nivel. Cerraron el concierto con The Valley, serias dudas tengo de si por la actuación posterior de Annihilator o por los problemas vocales del frontman. Lo que está claro es que a los fans no les iba a gustar nada perderse unos cuantos temas de la gira y menos después de la polémica creada los días anteriores por la fusión de cartel.
Con las maniobras clásicas que realizan las grandes bandas de metal clásicas antes de empezar un show (casi una hora para montar dos paneles con la imagen del disco y los instrumentos) llegaban Annihilator. Suena el Hurricane de Scorpions y aparecen en escena los canadienses. De repente surgió la luz en el escenario que hasta el momento se había echado tanto de menos. Lo mejor de la noche, Jeff Waters. Actitud, guitarrazos, vozarrón… este tío es una bestia. No está de más recordar que Annihilator sigue adelante debido a su insistencia y trabajo. Después de la marcha de Padden la cosa pintaba mal pero él siguió adelante sin temor alguno. Visto lo visto, chapeau por ti chaval.
Suicide Society es un temazo. Suena añejo y thrashero a tope y eso te pone a mil. La intro de Creepin’ Again es característica como la que más. Con tres temas era más que suficiente para admitir que el fichaje de Aaron Homman en la guitarra había sido todo un acierto. El tío toca y además es don posturitas. Qué decir cuando sonó W.T.Y.D ¿por qué me corté el pelo? Un clásico como la copa de un pino. Never, Neverland seguía haciendo las delicias de los fans más aventajados. Como la intro de Bliss que lo peta de bonito. Second to None sería el siguiente cañonazo… Brain Dance, Phantasmagoria, Alison Hell (ese parón con los armónicos es de lo mejor de los canadienses, y lo sabes). Las cosas acaban bien si lo hacen con Human Insecticide, más que una canción un trallazo de himno que te hace sacar todo el mal rollo semanal. Buen ritmo de concierto, derroche de energía y disgusto de los fans de Annihilator que, claro, querían más.
No me gustaría acabar sin citar al crack de la camiseta del último disco de Slayer. Jamás he visto a nadie hacer un air guitar tan pro. Ese menda se sabía todos los temas a la perfección. ¡Joder, es que hacía los pedales! Lo clavaba, impresionante. Jeff Waters, en Barcelona tienes un tipo que te puede echar una mano. Visto lo visto, deberías tomar nota para el futuro.
Crónica y fotos: Sergio Pozo